Adam Sandler es un cómico genial y, lo que es más importante, un buen tipo. Desde sus inicios en ‘Saturday Night Live’ hace treinta años, el neoyorkino ha demostrado ser una imparable fuente de tontuna absurda y bienintencionada. Ahora, vapuleado por la crítica, venerado por sus compañeros y adorado por la taquilla de sus siempre rentables películas, estrena en streaming la disfrutona ‘Garra’, nueva muesca de su millonaria relación con Netflix con el que ambas partes parecen encantadas. “Me encanta trabajar con Netflix y colaborar con ellos”, explica. “Me encanta la pasión que tienen por hacer películas y sacarlas para que todo el mundo las vea. Me han hecho sentir como en familia y no puedo agradecerles lo suficiente su apoyo”.
“No fui un niño que creciese pensando que un día me darían un Oscar y daría un discurso. Eso no estaba en mi mente, solo quiero hacer el mejor trabajo que pueda”, reconoce un actor que, pese a todo, a sido cinco veces nominado al Emmy, ha tenido tres nominaciones a un Grammy y una al Globo de Oro.
Adam Richard Sandler, nació en Nueva York, el 9 de septiembre de 1966. Hijo de una profesora de guardería y un ingeniero eléctrico, su pasión por la comedia llegó pronto, con solo 12 años de edad. “Nunca tuve un discurso de mi padre diciendo lo que debía o no debía hacer, sino que simplemente aprendí a guiarme por el ejemplo”, recuerda el cómico. “Mi padre no era perfecto. Tenía mal genio y yo tomé algo de eso. Se ponía nervioso pero, a medida que crecía, empezó a calmarse. Aprendió sobre la vida pero lo que enseñó a toda mi familia fue que la familia era lo más importante y que, pasara lo que pasara, si un miembro de la familia te necesita, vas y le ayudas, llegas allí. Nos hizo sentirnos cómodos y respetuosos con otras familias, mi madre también… parte de que mi padre tuviera mal genio me llevó a desarrollar el sentido del humor para calmar al viejo. Ese tipo de sentido del humor”.
“Para ser sincero, cuando me metí en esto nunca pensé en las críticas”, reconoce. “Nunca pensé en lo que la gente diría de mí. Solo era un joven entusiasmado por convertirse en comediante y actor y solo quería hacer lo que tenía que hacer”.
Repasamos la carrera del actor para intentar convencer a aquellos que están leyendo esto con el morro torcido de que, si buscan en su corazón, descubrirán que The Sandman es uno de los suyos.
‘Happy Gilmore (Terminagolf)’ (Dennis Dugan, 1996)
Cuatro años después de debutar en ‘Saturday Night Live’, la industria comenzó a tentar al talento más joven del programa y, aunque funcionó como secundario en la divertida ‘Cabezas huecas’ (Michael Lehmann, 1994), las críticas negativas (y los insultos) comenzaron con su estreno como protagonista en ‘Billy Madison’ (Tamra Davis, 1995), la historia de un zoquete que quiere dejar de serlo y que asentaba gran parte de la carrera posterior de Sandler.
Consciente de que lo que hacía era bueno, subrayó sus intenciones en ‘Happy Gilmore (Terminagolf)’, película en la que interpreta a un jugador de hockey que intenta hacer carrera en el mundo del golf confiando únicamente en su potente swing. Un divertimento absoluto sobre gente que entiende la realidad de otro modo pero, consciente o no de ello, intenta prosperar sin necesidad de imponer su punto de vista.
Sirvió además como primer encuentro entre el actor y Julie Bowen, interés romántico más de dos décadas después en ‘El Halloween de Hubie’ (Steven Brill, 2020), y como idea final para el nombre de la productora fundada por el actor en 1999 en homenaje a aquellas dos primeras aventuras: Happy Madison Productions.
Ficha de ‘Happy Gilmore’ en FOTOGRAMAS.
‘El chico ideal’ (Frank Coraci, 1998)
The J. Geils Band triunfaron en los 80 con su ‘Love Stinks’ y, dieciocho años más tarde, Sandler dio profundidad a la idea con su personaje de ‘El chico ideal’, un cantante de bodas que descubrirá hasta qué punto es esa canción la que habla de él (y no el resto de su repertorio) cuando le planten en el altar.
El actor, asentando ya en su faceta interpretativa, comenzó aquí su amistad con Drew Barrymore y aprovechó para reivindicarse como cantante cómico, algo con lo que no ha parado de divertirse.
Del mismo modo podría recomendarse ‘The Waterboy (El aguador)’ (Frank Coraci, 1999), en la que insiste en su faceta de perdedor que merece que dejen de mirarle por encima del hombro, y ‘Un papá genial’ (Dennis Dugan, 1999), su primer éxito internacional que, por conocida, nos hemos ahorrado en esta lista.
Crítica de ‘El chico ideal’ en FOTOGRAMAS.
‘Little Nicky’ (Steven Brill, 2000)
Satanás está harto y quiere retirarse pero, antes de descansar entre las llamas, debe encontrar un sucesor. Cassius y Adrian, sus dos hijos mayores están envueltos en una lucha por el trono y el mal que no les lleva a ninguna parte y el pequeño, Nicky, es demasiado bueno para andar reinando en el mundo de los caídos.
Probablemente la película de Sandler más salvada por sus haters, una sublime colección de chistes con aroma a azufre pero rellenos de azúcar. Como su carrera, vamos.
Crítica de ‘Little Nicky’ en FOTOGRAMAS.
‘Embriagado de amor’ (Paul Thomas Anderson, 2002)
La afición de Paul Thomas Anderson por ‘Saturday Night Live’ no solo ha llevado al director a compartir su vida con la excelsa Maya Rudolph sino que, justo después de comerse a la crítica con ‘Magnolia’ (1999), el cineasta decidió llamar a Adam Sandler.
Tan lejos de la comedia como del drama, ‘Embriagado de amor’ encaja mejor en el mundo ahora que hemos visto a Anderson jugar con la obra de Thomas Pynchon en ‘Puro vicio’ (2014) pero, ya desde su estreno, resultó un ejercicio hipnótico en el que Sandler, por primera vez, dejaba entrever lo que, en realidad, llevaba contándonos desde el inicio.
Crítica de ‘Embriagado de amor‘ en FOTOGRAMAS.
’50 primeras citas’ (Peter Segal, 2004)
Y tras el experimento, el actor regresó a la comedia romántica tradicional por la puerta grande. ‘50 primeras citas’ se enmarca dentro del género sin rubor con una trama divertida, tierna y una excusa argumental tan simple como eficaz: un tipo aterrado por las relaciones se enamora perdidamente de una chica que, cada mañana, despierta sin recordar lo ocurrido el día anterior.
Estas ‘50 primeras citas’ fueron en realidad la segunda de Sandler con Drew Barrymore y no sería la última, ya que volverían a disfrutar del trabajo en equipo en ‘Juntos y revueltos’ (Frank Coraci, 2014).
Crítica de ’50 primeras citas’ en FOTOGRAMAS.
‘Hazme reír’ (Judd Apatow, 2009)
Cinco títulos no precisamente aplaudidos en cinco años comenzaron a hacer mella en el actor. Él solo quería divertirse y hacernos pasar el rato, pero esperpentos como ‘Zohan: Licencia para peinar’ (Dennis Dugan, 2008), creada a la sombra de ‘Zoolander: Un descerebrado de moda’ (Ben Stiller, 2001) y ‘Borat’ (Larry Charles, 2006), probó que Sandler trabajaba mejor según sus reglas y no abrazando las tendencias del momento.
Así lo entendió Judd Apatow, uno de sus amigos de adolescencia, y decidió regalarle un hueco en su flamante renovación de la nueva (nueva [nueva]) comedia norteamericana con ‘Hazme reír’, maravilloso alto en el camino con el que entender mejor la compleja vida dentro del entretenimiento estadounidense y, de paso, la casi imposible conciliación entre las risas sobre el escenario y las lágrimas tras él.
La mejor broma de la película la realizó el propio Sandler al descubrirnos que, como su personaje, era incapaz de dejar de hacer lo que hacía. Solo dos años después estrenó ‘Jack y su gemela (Jack y Jill)’ (Dennis Dugan, 2011), probablemente su peor película.
Crítica de ‘Hazme reír’ en FOTOGRAMAS.
‘The Meyerowitz Stories’ (Noah Baumbach, 2017)
La carrera de Sandler continuaba con sus altibajos habituales y, entre palo y palo, se descolgaba de vez en cuando con pequeños regalos, como dotar de voz al protagonista de la divertida ‘Hotel Transilvania’ (Genndy Tartakovsky, 2012) o convertirse en uno de los personajes más interesantes de ‘Hombres, mujeres y niños’ (2014), el prematuro acercamiento de Jason Reitman a la influencia de las redes sociales en la clase media norteamericana.
Detalles como estos son los que hacen que el cómico permanezca en la mente de creadores de todo tipo y termine robando planos a Ben Stiller y Dustin Hoffman en ‘The Meyerowitz Stories’, la presentación de Noah Baumbach a Netflix y una de las primeras pistas sobre la fuga de autores a distribuciones alejadas de las salas.
Crítica de ‘The Meyerowitz Stories‘ en FOTOGRAMAS.
‘La peor semana’ (Robert Smigel, 2018)
Y si los grandes autores fichaban por Netflix, ¿por qué iba a resistirse Sandler? En realidad, él ha sido el que mejor ha sabido aprovechar la oportunidad gracias a un primer contrato por cuatro películas (que a la tercera ya se había renovado por otras cuatro) en la que los costes son irresistiblemente menores que su incesante número de reproducciones.
Así, el intérprete encontró un hueco perfecto, un lugar en el que podría seguir haciendo los proyectos que le interesasen y con la libertad de contar con un número ingente de clicks procedentes de acólitos, curiosos y detractores que caen en la tentación. Esto no solo le ha permitido llamar a sus colegas para seguir trabajando con ellos (la lista es interminable), sino subrayar de nuevo la idea fundamental de su obra: el tonto del que te estás riendo puede estar haciendo más por el bien del mundo que tú. Imbécil.
No todas han sido buenas, claro, pero es difícil no pasar un buen rato con ‘The Do-Over’ (Steven Brill, 2016), con la loca revisión de ‘Broadway Danny Rose’ (Woody Allen, 1984) que es ‘Sandy Wexler’ (Steven Brill, 2017) o con ‘La peor semana’, en la que Chris Rock y Sandler juegan a llevarse como Steve Martin y John Candy en ‘Mejor solo que mal acompañado’ (John Hughes, 1987). ‘Criminales en el mar’ (Kyle Newacheck, 2019), su divertidísimo “whodunit” junto a Jennifer Aniston, tiene ya secuela anunciada.
‘Adam Sandler: 100% Fresh’ (Steven Brill, 2018)
Y para demostrar que a las personas buenas también pueden ocurrirles cosas buenas, la actual calma en la carrera de Sandler le llevó a volver a subirse a los escenarios y, sin que nadie lo esperase, realizó el que probablemente sea el mejor especial de stand-up de 2018.
‘Adam Sandler: 100% Fresh’ no solo es una crítica a las notas que hacen parecer objetivos criterios puramente subjetivos que terminan influyendo directamente en carreras de profesionales, sino una celebración de la guasa y la payasada como los elementos que realmente importan.
Y como es nuestro protagonista el que realmente está al mando de todo esto, el especial se convirtió en la tesis final de su idea sobre la necesidad de ser buena gente, hacer el tonto y disfrutar de la vida. Terminar la canción dedicada a su amigo Chris Farley con los ojos secos es terriblemente complicado.
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‘Diamantes en bruto’ (Ben Safdie, Joshua Safdie, 2019)
Y entonces, comenzó a sonar ‘L’Amour Toujours’ de Gigi D’Agostino.
Los Safdie llegaron a la vida de Sandler y acólitos y neófitos terminamos con la boca abierta ante esta maravillosa salvajada en la que el actor fue robado dentro y fuera de la trama. En la película, por sus malas artes y compañías como joyero de Nueva York. En el mundo real, por críticos y académicos que dejaron al actor fuera de las grandes citas de la carrera de premios cuando no solo merecía aparecer entre los nominados, sino llevarse a casa alguna de las estatuillas más doradas de la temporada.
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‘El Halloween de Hubie’ (Steven Brill, 2020)
Más relajado tras darlo todo en su especial y en la burrada de los Safdie, el actor volvió a su cómodo trabajo en Netflix para hacernos disfrutar con ‘El Halloween de Hubie’, película festiva que logra convertirse en un clásico instantáneo para la noche de brujas que, bajo su tontorrona propuesta, esconde la férrea intención de un tipo obsesionado con demostrarnos que tenemos que ser mejores personas.
Divertida, absurda y sorprendentemente bien rodada por un Steven Brill que ha logrado oficio a costa de sumar proyectos, la película es el éxito definitivo de un cómico genial, un payaso bueno que suspira por recibir el siguiente tartazo, consciente de que mejorará un poco el día de quien necesite verle embadurnado de nata.
‘Garra’ (Jeremiah Zagar, 2022)
Sandler interpreta a un cazatalentos de baloncestistas primigenios que, de visita a España, descubre un jugador con enorme talento pero con un pasado difícil. Sin la aprobación de su equipo, decide llevarse el fenómeno con él, dándoles a ambos una última oportunidad para demostrar que son dignos de la NBA.
A medio camino entre un “drama Sandler” y una “feel-good movie”, el actor se convierte desde el inicio en el pilar que hace de ‘Garra‘ un imprescindible para sus adeptos.
Ricardo Rosado
Hijo de Spielberg, acólito de Lynch y sosias de Shinji Ikari.
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